martes, 29 de abril de 2008

Distancias focales

Supongo que esta entrada es una obviedad, pero, por otra parte, estoy "leyendo" el libdro de Michael Freeman "El ojo del fotógrafo", dedicado especialmente al encuadre en fotografía digital. Un libro que parece tambien tratar de obviedades, pero que supone un fundamento teórico y una explicación de por qué hacemos lo que hacemos, aunque lo vengamos haciendo sin tener esa base teórica.

Yo debo reconocer que buena parte de mi formación fotográfica no procede del mundo de la fotografía, sino del análisis de cine clásico que se hacía en mi adolescencia en el cineforum que organizaba el Ayuntamiento de Salamanca. Película semanal que se desmenuzaba casi plano por plano después de vista.

La primera vez que oí hablar de profundidad de campo, lo recuerdo perfectamente, fue en el análisis de Ciudadano Kane, una película de la que recuerdo infinidad de imágenes y secuencias enteras, aunque muchos de los diálogos los haya olvidado. Casi al principio de la película, mientras la madre de Kane pacta con el banquero las condiciones de la tutela del niño y la administración de la fortuna inesperadamente heredada, a través de una ventana se ve a Kane, niño, jugando con su trineo. En enlace entre principio y final, entre la última palabra de Kane, Rosebud, la última imagen (un trineo con la palabra Rosebud y el dibujo de una rosa ardiendo en una caldera) y una profundidad de campo que explica, o que sugiere, la solución a ese misterio que constituye el Thriller de la película.

También fue analizando Ciudadano Kane como me enteré del efecto que tiene una foto (un plano) contrapicado en conjunción con otra novedad de Welles:los techos del primer decorado de interiores con techos de la historia de Hollywood.

Pero, a lo que iba y siguiendo con Orson Welles, y, no lo olvidemos ni omitamos, con Gregg Toland, director de fotografía de la película, recuerdo especialmente una secuencia que es toda una lección de fotografía, aunque sea fotografía en movimiento, El mitín en el que Kane promete que su primera acción como gobernador será investigar y encarcelar al gobernador Jim Gettish...

Iniciamos con un plano picado y una distancia focal corta, que transmite una imagen de inferioridad del candidato Kane. Conforme se desarrolla su discurso va reduciendo la distancia focal, abarcando también al público asistente, y, de paso, va reduciéndose, al mantener centrada la imagen del candidato, el picado, la posición de superioridad del "observador" sobre el protagonista de la escena, para terminar aumentando nuevamente la distancia focal pero para ofrecernos un plano contrapicado cercano de quien, ahora, terminado el acto electoral, es una especie de gigante, un candidato ganador a punto de perecer electoralmente de forma inesperada por su propio orgullo, por el chantaje del candidato aparentemente vencido y el escándalo sexual.

En esta secuencia hay toda una clase práctica de fotografía que yo, al día de hoy no he olvidado y que tiene consecuencias prácticas en mis fotos.

En concreto, y volviendo a la circunstancia, a la "lectura" de Freeman, no me cabe duda de que el libro, cuando lo termine, me será de utilidad. La teoría nunca sobra. Pero tengo la impresión de que, por el 25% de libro que llevo más o menos, hay más enseñanza práctica en esa secuencia de Ciudadano Kane, que en el libro de Freeman. Aunque éste último me servirá, sin duda, para argumentar mejor por qué una determinada foto está tomada como está tomada y no de otra manera.

Por ejemplo, por qué la última foto de la sesión de 27 de abril, las farolas y los rostros de la fachada del edificio del antiguo Casino de Zamora están tomados con una distancia focal de 250 mm equivalentes cuando podía haber obtado por una imagen mucho menos contrapicada si hubiera optado por la distancia focal de 1.200 mm (lo que no me hubiera obligado siquiera a cambiar el objetivo). Porque busqué la colocación respeto al objeto fotografiado que me ofrecía la alineación de "marco" y líneas (farolas y rostros) que buscaba, y, a partir de la determinación de las líneas, fijé la distancia focal que encuadraba totalmente la realidad que quería dejar recogida en la fotografía (esto último, de la manía de Eismann, Dugan y Grey en "Fotografía Digital", de que "cada pixel cuenta").

Cuando termine con Freeman, podré explicar todo esto diciendo que es que las líneas responden a determinado tipo de tensión o distensión estética.

De momento, lo cierto es que, aplicando lo que Welles y Toland (y los responsables del cineforum) me enseñaron, combiné posición y distancia focal para crear (o reflejar o lo que se quiera) un efecto estético que intuitivamente me pareció interesante.

Como he dicho en otra entrada, utilicé "la mirada de Néstor" y las enseñanzas prácticas de viejos maestros de la imagen (aunque sea imagen en movimiento).

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