lunes, 5 de mayo de 2008

El hormiguero global

Lo comentaba hace tiempo con no recuerdo quien. Es lo malo de tener problemas de memoria y de hablar con más de una persona de esas ideas más o menos absurdas que me llenan la cabeza. Lo bueno es que, como seguramente mi entonces oyente tiene escasas posibilidades de ser mi hoy lector, puedo escribir sin que a nadie le resulte repetitivo.

El ser humano es una hormiga narcisista. Y el ser humano, en la era de la globalización, es una hormiga narcisista que niega la realidad.

Esto, en realidad, parece convertir a las hormigas en seres más sabios que los seres humanos, si no fuera porque la hormiga sencillamente no tiene la capacidad biológica para individualizarse psicológicamente. Es lo que denomino "egolución de las especies", o el incremento de la capacidad para la conciencia del ego según las especies adquieren complejidad estructural y etológica.

Desgraciadamente, no parece haberse producido un proceso igual de avanzado de "otrolución de las especies". Pero eso es asnto de otra entrada.

En el hormiguero global, el ser humano vive sobre la ilusión de disponer de control sobre las decisiones fundamentales de su vida, de tener una individualidad que tiene sus repercusiones sobre su propia vida y sobre la de las demás personas.

Y, en el fondo, cuando llega el momento en que realmente debemos ejercer esa capacidad de control de la que presumimos en algo que se salga fuera de las "decisiones del mercado", cuando dejamos a un lado márketing, anuncions, imposiciones sociales, estándares de vida y debemos decidir, no el color de la pared, sino qué hacemos realmente con nuestra vida, entonces es cuando descubrimos que carecemos de control, que tenemos responsabilidades, que estamos atados, que la hipoteca te fuerza ha hacer horas extras...

Estamos en el hormiguero global. Y ni l@s hormig@s rein@s son más que hormig@s más gord@s obligados a poner huevos sin parar para que siga funcionando el hormiguero.

Y un día algun@s toman/tomamos conciencia de que no somos más que hormigas cumpliendo su papel dentro del sistema, que no tenemos opciones, que carecemos de control sobre los más mínimos y nimios aspectos de nuestras vidas.

Y, o nos resignamos a ser hormiguitas en el hormiguero global, o, si no lo soportamos, entramos en el ciclo de médicos, dolencias, pastillas, remedios.

O en la vía alternativa de sectas, subsectas grupúsculos, horóscopos, cábalas, numerologías que recreen la ilusión del individuo elegido para la eternidad.

Después de todo, la esencia de las religiones es aproximadamente esa: prometer una vida de hormiga en la tierra para llevar en el "cielo" una existencia humana (el jardín de Alá, o el Wallhalla) o una cuasi inexistencia estética o estática (el Cielo católico, el Nirvana) que nos humanice en una individualidad colectivizada.

En fin, que cuando uno es consciente de la total carencia de control, de la más absoluta falta de libertad (parabolic freedom cantaba ¿Muguruza?), de esa libertad que no se tenga que pagar con dinero y nos posibilite elegir entre lo que existe en el mercado, abre un blog, monta una web con sus galerías fotográficas y procura no olvidarse de tomar sus raciones diarias de "soma", que no te dan más libertad, pero te hacen más llevadero el dogal y las anteojeras.

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